¿Quién engañó a Saul Monreal?

Por Antonio Salas

Eran las 21:30 horas del domingo 6 de junio, 3 horas y media después del cierre de las casillas electorales y de pronto, los smartphones alertaron de una transmisión LIVE de Saúl Monreal.

Al mismo tiempo, las redes sociales también transmitían la fiesta que se vivía ya en la Plaza de Armas de la capital zacatecana ante el inminente triunfo electoral de David Monreal, hermano de Saúl, quién hacía efectiva aquella de “La tercera es la vencida”.

Parecía pues que lo de Saúl, en vivo, iba por el mismo camino, pero no. Minutos antes, el PREP del IEEZ mostraba una tendencia inesperada para los saulistas: Javier Torres Rodríguez, aventajaba.

Quizá más las porras de los simpatizantes, que la propia expresión de Saúl, el nerviosismo evidente en el rostro de su esposa.

El acompañamiento de Maribel Galván Jiménez, la leal compañera de lucha monrealista, quien, desde su juventud, al igual que el cachorro de los Monreal, se ha curtido entre la defensa legal, el derecho electoral y la operación política.

Pero, algo pasaba, la tensión era evidente. El ahora alcalde reelecto dijo algo así como que iba ganando, que tenían datos directos de cada casilla que los hacía suponer obtendrían el triunfo, bla, bla, bla, bla…

De pronto, se acabó la conferencia, unas cuantas porras y Saúl desapareció.

No se supo más de él, hasta otro LIVE entrada la madrugada, donde indicaba que de momento la tradicional procesión al Niño de Atocha, se posponía.

Algo que ya era más que obvio, pese a los resultados, de momento nada que celebrar.

Pero, ¿Quién engaño a Saúl? ¿Quién aprovechó que hace tres años estaba en los cuernos de la luna para hacerlo creer que allí seguía? ¿Quién o quiénes son esos que entre los murmullos que había en la casa de campaña culpaban? Estoy seguro que Saúl, lo sabe.

¡Nadie creía las cifras! Sí, se iba ganando, pero no arrasando. Nunca sucedió tal cosa.

¿Quién no entendió que la posibilidad de la reelección era para ratificar los resultados de hace tres años? Decir que en aquel entonces fue la ola LopezObradorista, es justificarse a lo tonto. Por no decir más feo.

Ahora se tenía la ola Monrealista y Saúl es parte de esa ola. ¿Dónde quedó el 57 por ciento de la votación con la que ganó hace tres años, obteniendo ahora sólo un 42 por ciento? Aquellos 54 mil 216 votos que lo llevaron a la Presidencia Municipal contra los 32 mil 970 que obtuvo ahora.

¿Cómo fue posible que Javo se acercara a un 5 por ciento del conteo final? Con 28 mil 528 votos, es decir un 37 por ciento, 4 mil 442 votos. ¡Alguien debe dar la cara a Saúl y asumir su responsabilidad!

En 2018 la distancia con Benjamín Medrano fue de 38 mil 615 votos. Se esperaba, si no algo así, sí algo parecido.

¿Quién le vendió a Saúl Monreal la maravillosa idea de no aparecer nunca en fórmula?

Eso hubiera hecho una gran diferencia. Sólo y siempre, estuvo acompañado de Maribel Galván, que, dicho sea de paso, al igual que en el Ayuntamiento, fungió como la cara fuerte, amable, gentil y maternal de la campaña.

Y no es casualidad, muchas de las broncas del Ayuntamiento, como otras tanta de campaña, fue y es ella quien ha resuelto, evitando así que muchas de las broncas que le genera su círculo cercano, su burbuja, afecten políticamente al reelecto.

Veamos números. Dos de las tres diputaciones locales con las que jugaba morena, sólo o acompañado, se ganaron. En total obtuvieron 36 mil 836 votos, es decir 3 mil 866 más que los que sacó Saúl. ¿No hubiera sido mejor desde el principio ser equipo?

De verdad, alguien no se dio cuenta que la reelección era la oportunidad para posicionar a Saul Monreal Ávila como un Presidente Municipal ya con callo para enfrentar los problemas de Fresnillo.

En vez de eso, lo caricaturizaron ¿Cuántos votos le dio ‘Saulongo’ a Saúl? ¡Ninguno! ¿Cuántos le aporto volverlo meme de redes sociales? Nada. Y así otros ejemplos, pero le hablaron al oído, le cantaron las sirenas y lo convencieron. ¡Lástima!

Mientras que en otros lugares la alianza con el Partido del Trabajo y el Partido Verde sirvieron de algo, aquí en Fresnillo, ese distanciamiento hubiera acercado alguno de esos 6 mil 229 votos: 4 mil 935 de Víctor Piña y mil 249 de Xóchitl Cázares. El hubiera no existe.

En fin, aquí lo peor que puede pasar es que no pase nada. Que todo siga igual y que este proceso, que siempre es la antesala del que sigue, haga que más de uno tenga la idea de que Saúl tiene ya resuelta su victoria rumbo a una Diputación Federal o una Senaduría.

Y que al final de cuentas, el comentario siga siendo: ¡Así es Saúl! Al tiempo…

Nos leemos pronto.