#Opinión Los medios de comunicación y el desarrollo de la sociedad

Opinión de Jaime Pérez | Activista del Movimiento Antorchista en Zacatecas

La sociedad es un ente colectivo que incorpora a su modus vivendi los adelantos tecnológicos lo que le permite ascender a un nivel más alto en su desarrollo, aunque no siempre se aprovechan los inventos como detonante del progreso educativo o como promotor de un mejor nivel de vida, como seguramente fue la intención de sus creadores.

Por ejemplo, desde 1926 empiezan los primeros intentos por transmitir imágenes a lugares remotos y desde ahí empieza a desarrollarse la televisión. Pero ¿cómo incide este invento en el desarrollo de la sociedad? En México, la televisión le ha quedado a deber mucho a nuestro pueblo pues no se utiliza para educar o para formar profesionistas capaces de trabajar en el beneficio de la sociedad, sino que los convierte en seres individualistas incapaces de impulsar beneficios sociales.

En realidad, la industria televisiva sólo se ha dedicado al entretenimiento con programas que no construyen al ser humano, sino que lo degradan al punto de mantenerlo sumiso a los grandes potentados económicos del país y del extranjero, además muchas veces se centran en opiniones y contenidos ajenos a la realidad respondiendo a intereses económicos para manipular al pueblo carente de educación política que a la vez está sumido en la vileza de la miseria.

En todo país organizado económicamente bajo los preceptos del mercado, es decir, bajo un sistema capitalista, distinguimos claramente dos clases definidas por la economía: los dueños de los medios de producción y quienes no lo son, que al carecer de ellos se ven obligados a vender su vida y fuerza de trabajo al poseedor de las máquinas, herramientas y tecnología.

Así, la clase trabajadora no tiene otro remedio más que emplearse con las condiciones del patrón y someterse al ritmo de trabajo que es este le imponga a cambio del salario miserable, entonces tenemos dos clases con intereses antagónicos, los que forman a la sociedad en la que vivimos que está llena de contrastes pues mientras unos amasan inmensas fortunas, el resto no tiene lo suficiente para una vida  digna.

Si aceptamos que los intereses de ambas clases son antagónicos, hemos de aceptar también que cada una de estas tratará siempre de someter a la otra y para tal objetivo pondrá todo lo que esté a su alcance para lograrlo. Y en esta lucha el obrero  lleva todas las de perder pues carece de los medios de producción y de  los otros medios, es decir, de los medios masivos de comunicación que también están en manos de otro grupo de poderosos.

Los medios de comunicación en manos privadas cumplen su papel de llevar a cabo esa guerra sin violencia que somete a los débiles, los desarma y los priva incluso de la posibilidad de razonar correctamente para defenderse de esa gigantesca mano que los aprisiona, explota  y aniquila.

Hubo programas que aparentemente no tienen razón de ser, como el “Chapulín Colorado” o “el Chavo del 8”, que para lo único que han servido es para que los trabajadores pierdan el tiempo que debieran utilizar en prepararse académicamente y los hay también más absurdos y manipuladores aún, como “La Rosa de Guadalupe”, que pretende llevarnos a un atraso parecido al medieval donde todos los problemas se resuelven por medio de la fe.

Hay también aquellos que pretenden desdibujar la realidad como son las novelas que presentan a una muchacha pobre que se encuentra a un novio rico y así sale de la miseria en la que nace, crece y muy seguramente va a morir. De esa forma los programas de televisión buscan endulzarnos la vida y entretenernos mientras somos explotados, somos tratados peor que bestias de carga, mal educados y desnutridos.

Así comprobamos que la sociedad invadida de contenidos televisivos perniciosos no puede lograr una vida más digna, por eso los Antorchistas estamos formando una sociedad nueva tratando de salvar a quienes están inmersos en  la problemática descrita, para esta tarea dedicamos tiempo en estudiar la realidad y luego con acciones prácticas vamos poco a poco cambiando la conciencia y el entorno social de los desheredados, para eso nos apoyamos en la cultura como herramienta de transformación.