La vaquita marina no sobrevivirá si no se prohíbe la pesca: PT

Las senadoras Geovanna Bañuelos de la Torre, Nancy de la Sierra Arámburo y Alejandra del Carmen León Gastélum, integrantes el Grupo Parlamentario del PT, solicitaron a las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural, del Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Marina, establecer medidas que impidan en su totalidad el acceso de embarcaciones al área de refugio de la vaquita marina en el Alto Golfo de California.

Mediante un punto de acuerdo presentado la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, las legisladoras destacan que con la entrada en vigor del Acuerdo por el que se regulan artes, sistemas, métodos, técnicas y horarios para la realización de actividades de pesca con embarcaciones menores y mayores en zonas marinas mexicanas en el norte del Golfo de California y se establecen sitios de desembarque, así como el uso de sistemas de monitoreo para tales embarcaciones, se abandonó la política de zona libre de pesca o zona cero tolerancia.

“Dicha política fue instaurada en México en el año 2017 para evitar que la pesca ilegal y el uso de redes de enmalle pusieran en riesgo a los pocos ejemplares que sobreviven de la vaquita marina, un mamífero marino que se encuentra en peligro crítico”.

Se está condenando a la vaquita marina a su extinción. “De ahí que, para preservar a esta especie, se debe prohibir de manera total y efectiva el acceso a la zona de cero tolerancia, tal como su nombre lo indica”.

Con las adecuaciones establecidas, las autoridades cerrarán la zona y prohibirán cualquier tipo de pesca sólo si se observan hasta 60 embarcaciones y 500 metros de redes en el Alto Golfo de California.

“Una regulación lamentable, considerando que bastan 100 metros de redes, por ejemplo, para que 1 de las 10 vaquitas marinas sobrevivientes quede atrapada en las mismas; así como bastan 20 embarcaciones para poner en riesgo a esta especie”, lamentó Geovanna Bañuelos

La Agenda 2030 prevé en su Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14: “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”, así como reglamentar eficazmente la explotación pesquera y poner fin a la pesca excesiva, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, además de las prácticas pesqueras destructivas, como lo señala en su meta 14.4.

“Nuestra salud depende de la salud de los ecosistemas, que requieren de cada uno de sus componentes, incluyendo a las vaquitas marinas, para que sus procesos y ciclos sigan funcionando. Es imperante que la interacción humana con la naturaleza se convierta en conciliadora y protectora en lugar de destructiva”, enfatizó.