Gabriela García: Vivencias sobre el desabasto de medicinas

Opinión de Gabriela García

En mi reciente visita al hospital del Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Zacatecas, con el fin de surtir la receta médica de un paciente de cardiología, -debido a que el día que atendieron a mi familiar no había los medicamentos requeridos-, solicité la renovación del carnet y con molestia la persona que me atendía cuestionó en donde quedó el anterior, respondí que se perdió, “se lo voy a dar, cuídelo, no tengo material para estar dando cada vez que lo pierdan”, dijo con gravedad.

Por lo anterior, se deduce que las carencias no sólo son en lo relativo a medicamentos, vacunas y otros insumos, sino también en lo tocante a papelería; en cuanto al trato y la forma que se dirigió la persona, solo debo decir que más que grosera se notó cansada y desesperada al exponer que en el ISSSTE no hay para estar gastando. Y muchas veces no es que los trabajadores se nieguen a resolver, sino  es porque con la 4t se agravaron los recortes de recursos y tienen que estar trabajando con máquinas obsoletas, sin protección provocando hartazgo al saber que no tienen herramientas necesarias.

Es sabido que algunos trabajadores llevan instrumentos propios para garantizar su labor, pero esto no puede ser en todo, por lo que la institución debe garantizar lo necesario para que doctores, enfermeras y químicos puedan atender con calidad y calidez que se presume.

El desabasto no es algo nuevo, en aquella ocasión observé en el área de medicina general que la gente llegaba con sus recetas y 4 de cada 10 salieron sin ningún medicamento. En mi caso debieron surtir dos de ellos y sí había uno pero no del gramaje apuntado, por lo que la opción fue volver para otra fecha y por mientras comprarlos porque la salud no puede esperar.

Reflexiono que es complicado enfermar y llegar a que te atiendan en un servicio que cada quincena estás pagando durante años y al momento de ingresar a tu enfermo debes andar penando por todo el hospital a fin de que sea atendido, luego de cumplir con toda la documentación requerida y si te falta una copia debes abandonar tu turno en la fila y al llegar a el consultorio se te diga que ya no está el doctor y te den otra fecha de probable consulta. Así las cosas en nuestros hospitales que están llenos de enfermos abrumados por no saber su situación médica, soportando el trato poco amable de los trabajadores que actúan con indiferencia y desconocimiento del procedimiento en cada caso.

Es lamentable ver y padecer estos hechos en las instituciones públicas donde debemos rogar para que les atiendan cuando el servicio ya está pagado con las aportaciones de los trabajadores durante su vida laboral y no debieran estar pasando por los pasillos a ver quién les resuelve; esta es la descripción de lo que se ve en los hospitales en tan solo 20 o 30 minutos de estancia, súmese el temor de que se puedan contagiar por los pacientes covid que llegan con la esperanza de salvarse.

En cuanto a las vacunas es importante estar enterados que solamente el 20 % de los mexicanos están inmunizados porque algunos tan solo tienen la primera dosis y aquí aplica el “una no es ninguna”.

Y por otra parte niños y adolescentes que no están vacunados regresarán a las escuelas obligados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador a finales de agosto, sometiéndolos a serio riesgo de contagio cuando las escuelas tampoco tienen condiciones necesarias de sanidad, porque en muchas casos no se cuenta con agua suficiente ni siquiera para lavarse las manos, por lo que la decisión de llevarlos a las aulas recae directamente en el gobierno e indirectamente en los padres de familia que deberán valorar la medida de dejarlos en casa.

Mientras se acerca la fecha de regreso a clases presenciales, hay cosas positivas, porque los puestos de vacunación estaban solos debido a que las personas no se querían vacunar, sin embargo, los jóvenes de 18 a 29 respondieron favorablemente y ahora se ven largas filas quedando demostrado que hay responsabilidad de la población, pero que las decisiones del mandatario federal están apresuradas o equivocadas.

No podemos ser indiferentes, debe exigirse que se resuelva la carencia de medicamentos no sólo para atender la pandemia, sino también para los pacientes con enfermedades  como el cáncer porque a cada día que pasa sin recibir el tratamiento se está condenando a la muerte a los niños que lo padecen con el consuelo del presidente de “sí hay desabasto, pero estaba peor antes”, pero también las crónico-degenerativas, porque a tres años del gobierno de López Orador debe verse ya la incidencia de la transformación de Morena.